martes, 2 de febrero de 2016

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ACTUALES COMO IMPULSORES DE MODELOS NEGATIVOS EN NIÑOS Y JÓVENES



Siguiendo con el exhaustivo análisis que estamos llevando a cabo este curso sobre los retos educativos del siglo XXI, nos vamos a detener en la próxima jornada en un tema crucial que suele estar presente en el día a día de los más pequeños de la casa: la influencia de los medios de comunicación y entretenimiento en su educación. Como la sociedad en general, el modo en que los más jóvenes acceden a dichos contenidos ha cambiado radicalmente. Los medios de comunicación y entretenimientos clásicos siguen subsistiendo: prensa escrita, radio, televisión, cine, videojuegos…, pero el modo en que se consumen varía mucho de como lo hacíamos hace 15 años. ¿Quién es el culpable de ello? La respuesta es evidente: Internet. Dicho medio digital ha absorbido a todos los demás haciendo que la red se convierta en un lugar con infinitas posibilidades de informarse y entretenerse.
            De todos los medios nombrados más arriba los dos que claramente siguen influyendo más en los niños y adolescentes son la televisión y los videojuegos, que serán en los que nos detendremos principalmente en la próxima reunión de la Escuela de Padres. Aunque creamos que la televisión es un medio al que los niños cada vez prestan menos atención, un reciente estudio demuestra que no es del todo cierto. Todo depende de la edad del niño y la posibilidad de acceso que tiene a la gran red mundial. Hay una diferencia grande entre niños y adolescentes. A partir de los 12 años aumenta el consumo de Internet con respecto a la televisión, en cambio en niños de entre 3 a 11 años, al tener más restricciones a la hora de conectarse a la red, el consumo de televisión aumenta exponencialmente.En el siguiente enlace podéis completar esta interesante información sobre las estadísticas actuales al respecto:
 

       Muchos expertos coinciden en afirmar que la televisión sigue siendo un medio de gran influencia en los miembros más pequeño de la familia. El problema es que los contenidos destinados a ellos parten de un desequilibrio claro. Aunque ha aumentado las cadenas de televisión destinado a los niños, lo programas infantiles coinciden en horario con otro tipo de contenidos destinado para adultos y a los que pueden acceder con un simple clic al mando a distancia.
“Un país de teleniños”, Rosario G. Gómez. El País.

        ¿Somos conscientes de la influencia que ejercen en mis hijos los programas que nosotros como adultos vemos en casa? ¿Controlamos qué tipo de contenido televisivos ven mis hijos? ¿Es bueno que un niño disponga de una televisión en su habitación? ¿Qué tipo de valores transmiten los diversos personajes y programas televisivos? Todas estas son algunas de las cuestiones sobre las que intentaremos reflexionar en la próxima sesión de la Escuela de Padres.
         
       Otro asunto interesante al que aludiremos será el tema de los videojuegos. Intentaremos desmontar algunos mitos al respecto, al mismo tiempo que haremos hincapié en los aspectos positivos y negativos que su uso tienen por parte de los niños y adolescentes. Adjunto un interesante video del programa Redes en donde varios expertos hablan sobre cómo este modo de entretenimiento influye en las personas, especialmente en los más jóvenes.


         En torno a estos temas aconsejo tres películas que nos puede servir para seguir indagando y reflexionando sobre el papel que juegan la televisión y los videojuegos en la educación de mis hijos:

            De mayor quiero ser soldado (Christian Molina, 2010)


            Una dura película que relata la transformación que sufre Alex, un niño de ocho años, que vive su infancia encerrado en su habitación viendo la televisión y jugando a videojuegos violentos. Poco a poco, por culpa de unos padres que son incapaces de restringir el consumo de dichos contenidos, el niño se irá encerrando en sí mismo, convirtiéndose en una persona poco sociable y sumamente agresivo. La película nos intenta advertir, quizás de un modo algo exagerado, sobre los efectos que puede provocar una exposición de los niños a contenidos poco adecuados a su edad. La película completa podrán verla a través de Youtube en el siguiente enlace.



           
  El rey de la montaña (Gonzalo López-Gallego, 2007)

            En este angustioso thriller, se realiza una denuncia indirecta a los efectos que tienen los videojuegos violentes en los más jóvenes. La película se centra en las peripecias de Quim, un hombre que busca a su ex novia por estrechas carreteras de montaña y que acaba extraviándose. Se encuentra atrapado en una zona laberíntica de caminos cortados y agobiante paisaje. De repente, ve una silueta encima de una colina y cree que está salvado, pero la silueta le dispara con un rifle. Se aleja de allí a toda velocidad y sigue buscando ayuda. Una nueva silueta se acerca y dispara, alcanzándole en una pierna. No hay duda: alguien quiere matarle, pero él no sabe por qué. Herido y desorientado, se encuentra con una joven que también se ha perdido y cuyo coche se ha quedado sin gasolina. Pese a la inicial desconfianza mutua, ambos deciden unirse para intentar salir de allí. Pronto descubren que los francotiradores son dos niños que con las escopetas de caza de sus padres simulan un juego de ordenador violento donde las víctimas son personas reales.¿Dónde termina la ficción y comienza la realidad?
             
            El show de Truman (Peter Weir, 1998)

            El show de Truman es una magnífica película para reflexionar sobre los contenidos que diariamente vemos en televisión y los problemas morales que en muchas ocasiones acarrean. El filme critica abiertamente un formato de programa que abunda en la pequeña pantalla en la actualidad: los Reality Shows. Son espacios televisivos que tienen como finalidad retratar la vida diaria de una serie de personas que se someten a todo tipo de pruebas y situaciones. El pionero en España fue, sin duda, Gran Hermano, un programa que, temporada tras temporada, nos enseña la vida cotidiana de un grupo de personas encerradas en una casa. Sus relaciones, discusiones y conflictos tienen en vilo a millones de personas en el país que, de manera activa, votan semanalmente cuáles son sus preferidos o a quién deben expulsar. Este formato ha ido evolucionando hacia todo tipo de programas donde los concursantes se exponen deliberadamente al ridículo o la falta de intimidad y donde claramente se frivoliza con cosas tan importantes como las relaciones personales, el sexo, el matrimonio, etc. Mujeres, hombres y viceversa, ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, Adán y Eva, Casados a primera vista, Gandía Shore son algunos de los ejemplos que podemos encontrar en la televisión. Programas que no suponen un buen ejemplo para los niños y adolescentes, personas que por su inmadurez no saben distinguir del todo la ficción y la realidad.
            ¿Cuál debe ser el límite de este tipo de programas? Esto es lo que plantea precisamente El show de Truman que relata las peripecias de su personaje principal a partir del día en que se da cuenta de que es el protagonista de un gran Reality Show mundial. Desde el día en que nació su vida se ha desarrollado en un macro plató de televisión y todo lo que le rodea es falso: su mujer, sus amigos, sus vecinos, etc. Todo se graba y se emite en televisión para que los espectadores se entretengan comprobando cómo evoluciona su vida y sus relaciones personales y sentimentales.
Adolfo Monje Justo

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